lunes, 18 de noviembre de 2013

¡LA EFICACIA Y EL TRIUNFO!!... ¿Dónde están?

“Si Dios no construye la casa.
en vano trabajan los constructores;
si Dios no guarda la ciudad,
en vano vigila la guardia.

En vano madrugáis a levantaros,
el descanso retrasáis,
los que coméis pan de fatigas,
cuando ÉL colma a sus amigos mientras duermen”.   {Salmo 126}

En la vida procuramos que las cosas
nos vayan bien, y trabajamos duro para triunfar. Nos esforzamos en los estudios, en el trabajo, en el deporte,… Pero, ¿dónde está la eficacia, el éxito, el triunfo?, ¿en ganar mucho dinero, en tener títulos universitarios, en conseguir triunfos deportivos, sociales o culturales?. 
Es cierto que debemos trabajar por hacer un mundo mejor, más humano, más desarrollado, ahora bien ¿tenemos presente a Dios en nuestra vida?, ¿le rezamos con sentimiento y corazón agradecido?, ¿pensamos que la eficacia, el triunfo sólo depende de nosotros?.
Esta lectura pretende llamar nuestra atención sobre lo importante que es trabajar, esforzarse, ser creativos,… para hacer una sociedad mejor para todos.  Debemos luchar como si las cosas sólo dependiesen de nosotros, pero al mismo tiempo hay que tener la humildad necesaria para saber que todo está en las manos de Dios.  El éxito, el triunfo, la eficacia,… Dios lo concede a sus amigos “mientras duermen”.
Muchas, muchas personas de nuestra sociedad se olvidad de Dios, marginan a Dios, cuando ÉL nos quiere y desea lo mejor para nosotros. Si lo tuviésemos más presentes, si le rezásemos con más sentimiento y corazón, tan vez nos fuese todo mejor.



ORACIÓN: Señor, enséñanos a trabajar en la vida poniendo de nuestra parte todo lo que podamos: inteligencia, cualidades, esfuerzo, creatividad,… para que las cosas nos vayan lo mejor posible. TÚ nos has dado unas cualidades, una inteligencia y un espíritu para que continuemos en el mundo tu obra creadora, para que investiguemos contra las enfermedades, para que dominemos la naturaleza,…   Pero al mismo tiempo, Señor, danos un corazón HUMILDE para darnos cuenta que el triunfo, la eficacia de la vida está en tus manos. Que aprendamos a rezar con devoción y fervor, sabiendo que TÚ, Padre Bueno, nos quieres, y das el triunfo a “tus amigos mientras duermen”, es decir, a los que te tienen presente y Santifican tu Nombre. Amén. Así sea.