miércoles, 1 de noviembre de 2017

LLAMADOS A SER SANTOS Y FELICES

“Bendito sea Dios y Padre de N.S. Jesucristo, que nos ha bendecido con toda clases de bendiciones por medio de Cristo; más aún, nos ha elegido, antes de la creación del mundo PARA SER SANTOS en su presencia, en el Amor” [Efesios 1, 3-4]

Cada año, el 1 de Noviembre celebramos en la Iglesia Católica el día de todos los santos. Tal vez pensemos que se refiere a los santos más o menos conocidos, pero en realidad la Iglesia celebra a todos los santos especialmente a aquellos santos anónimos y desconocidos, celebramos la santidad de tantas mujeres y hombres, niños y mayores que en su vida quisieron vivir según las enseñanzas de Jesús, amando a Dios y amando al prójimo.
En este mundo nuestro hay muchas violencias, egoísmos, guerras, robos, engaños,….
Pero, ¿acaso faltan muchas personas buenas que pasan haciendo el bien, queriendo y ayudando a los demás de verdad, de corazón?. ¡¡He aquí los santos!!
También nosotros estamos llamados a la santidad, llamados a sumarnos a las personas buenas. ¿Cómo desea Dios que vivamos la vida?.  Dios nos ha creado para la santidad, dicho de otra manera, nos ha dado la vida para ser felices y hacer felices a los que nos rodean. Dios quiere que lo pasemos bien, eso sí, obrando bien y haciendo el bien a todo el mundo.
Al final de la vida el Señor nos va a preguntar sobre el Amor, es decir, si hemos pasado por la vida amando a Dios, rezándole, llevándole en nuestro corazón. Y amando al prójimo: queriendo, ayudando, consolando, animando,… poniendo el amor más en las obras que en las palabras. ¡¡Qué hermosa es la vida, si se vive con amor, generosidad y santidad!!!. Más aún, viviendo así, estamos llamados a vivir una Vida Nueva y Eterna junto a Dios.


ORACIÓN: Señor, hazme caer en la cuenta que estoy llamado a ser santo y feliz, como dice San Pablo, tu Padre Dios nos ha creado a los seres humanos para ser santos practicando el bien. Que yo, y todos nosotros, aprendamos a pasarlo bien, pero haciendo siempre el bien, construyendo un mundo justo y fraterno según el Evangelio.  Estoy llamado a la santidad, llamado a ser feliz y a hacer felices a los que me rodean, ayudando y amando de corazón. Que esta felicidad se haga eterna en una Vida Nueva junto a ti, Señor, y con todas las personas buenas que pasaron por este mundo. Señor Jesús, ayúdame, ayúdanos a ser buenos y felices, a ser santos. Amén. Así sea.