¿QUÉ TENEMOS EN EL CORAZÓN?

En el libro de los Hechos de los Apóstoles (20, 35) se nos dice: “Hay mayor alegría en dar que en recibir”. Nuestra auténtica riqueza no está en la posesión de dinero y de cosas que tengamos, nuestro tesoro depende de lo que tengamos en el CORAZÓN. Sin embargo las personas tendemos a lo contrario, a tener, a ganar, a recibir, a llenarnos de cosas, de tecnología,... generalmente buscamos nuestro propio interés, el querer más, el tener más,… ¿a que somos egoístas por naturaleza?.  ¿Qué tesoro tenemos en el corazón?, ¿acaso tenemos el interior lleno de "basura"?

En la vida estamos para ser felices, Dios nos ha hecho para eso, para ser felices,…. ¡¡y hacer felices a los demás!!.  Cuando de verdad hacemos felices a los demás tenemos ese sentimiento interior de estar más contentos.  Si ayudamos a una persona enferma, visitamos a un anciano, si colaboramos en una campaña solidaria,…  ¿a que estamos más felices?.  Realmente, ¡¡hay más alegría en dar que en recibir!!!.  Cuando hacemos el bien, y lo hacemos de corazón, cuando entregamos "flores" a los que nos rodean,  nuestro interior se llena de gozo.

¿Tenemos el corazón lleno de cosas positivas, de alegría, de esperanza, de misericordia, de amor? ¿qué podemos dar a los demás, qué sale de nuestro interior?   La verdadera alegría y belleza, lo auténtico hermoso, lo que nos puede llenar de felicidad está en amar y servir a los demás, y hacer esto de corazón.

ORACIÓN: Señor, ¿hasta cuándo nos dejaremos llevar por el egoísmo y la ceguera?.  No terminamos de ver lo que tu nos enseñaste con tu vida y mensaje hace más de 2000 años:  La verdadera Alegría está en el servicio a los demás, en servir y ayudar de corazón a todos los que podamos!!. Hoy te pedimos que nos enseñes a descubrir el valor y la alegría del servicio a los demás, como ya hacen tantas personas buenas en el mundo. Que ofrezcamos a los demás cosas positivas, "flores": alegría, amor, esperanza, servicio, solidaridad, misericordia, etc. Señor, que de nuestro corazón broten estas cosas, para ofrecer a los demás, y así estar alegres. Amén.