“Los Magos, al ver la estrella se llenaron de inmensa alegría. Entraron donde estaba en Niño con su Madre
María y, postrándose le adoraron. Luego le ofrecieron sus regalos: oro,
incienso y mirra”. (Mateo
2, 10-11)
Al
celebrar la fiesta de los Reyes Magos, celebramos la EPIFANÍA, es decir la
MANIFESTACIÓN, la REVELACIÓN DE DIOS A TODOS LOS PUEBLOS DE LA TIERRA.
Los Magos quieren representar a todas las
razas del mundo, que guiados por la Estrella van buscando la Salvación de Dios.
Pero,…
¿dónde está la salvación de Dios?
Algunos
pensarán que la salvación está en el dinero, en la ciencia, en la tecnología,
en los éxitos deportivos y profesionales,…/…
Sin
embargo los Magos no encuentran nada de eso. LA SALVACIÓN DE DIOS ESTÁ EN LA HUMILDAD. En la humildad, fragilidad y pequeñez de un
niño, ahí puso Dios la Salvación. ¡¡Qué
confundidos andamos algunos pensando lo contrario!!!. EL TRIUNFO DE LA VIDA, LA
GRANDEZA DE UNA PERSONA ESTÁ EN LA HUMILDAD, y para decirlo, Dios se hizo Niño
en Belén.
ORACIÓN: Señor, con frecuencia te buscamos en las cosas grandes, en las
personas importantes, en el dinero, en la ciencia y la tecnología,… construimos grandes autopistas, enormes
edificios, inmensas aeronaves,…. Los seres humanos creemos que la grandeza y el
éxito está en estas cosas. Sin embargo
tu nos enseñas que la GRANDEZA DE UNA PERSONA ESTÁ EN LA HUMILDAD. Jesús, enséñanos
a ser sencillos, fraternos, cariñosos con todo el mundo, solidarios,… danos un
corazón humilde como el tuyo nacido en Belén. Amén. Así sea.
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