“Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres. Que vuestra bondad sea conocida de todas las personas. El Señor está cerca. Fil 4, 4.
San Pablo nos acaba de decir
que estemos alegres, y además nos dice que nuestra bondad sea conocida de todas
las personas. Alegres y bondadosos,
transmitiendo valores positivos, transmitiendo ánimo y esperanza en un mundo
tan dolorido. UNA SONRISA NO SIGNIFICA LA AUSENCIA DE PROBLEMAS SINO LA
HABILIDAD Y EL ARTE DE ESTAR POR ENCIMA DE ELLOS.
¿Para qué nos ha dado la
vida el Señor?. Dios nos ha dado la vida a través de nuestros padres para ser felices, y para hacer felices a los que nos rodean. Dios me ha creado
para pasarlo bien, pero haciendo el bien, todo el bien que pueda. Dios quiere mi colaboración.
Es cierto que vivimos en tiempos duros, tiempos difíciles: mucho paro,
destrucción de la naturaleza, guerras y miserias, enfermedades,… Cuando
se ayuda a alguien que de verdad sufre y nos necesita, es al mismo Señor a
quien estamos ayudando, porque Él está presente en el corazón de las personas
necesitadas. (leer lo que nos dice Mateo 25)
En la tarde de la vida, cuando nos presentemos ante Dios para rendir
cuentas, se nos preguntará por eso, es decir, si hemos pasado por la vida
haciendo el bien. ¿Pasamos de verdad haciendo el bien y haciéndolo de corazón?.
San Pablo, lo mismo que nos
dice que debemos estar alegres, también nos dice: ayudaos mutuamente a llevar vuestras cargas y cumplid así la ley de
Cristo (Gálatas 6, 2). ¿Qué ley?, la ley de Cristo, la ley del cristiano,
que es el Amor por encima de todo.
ORACIÓN: Señor, ayúdanos a vivir siempre alegres, que los problemas de la vida no nos agobien,
sino que sepamos luchar contra ellos, y que además lo hagamos con una sonrisa, Tu sabes, Señor, que una sonrisa no significa la ausencia de problemas, sino la habilidad y el arte de estar por encima de las dificultades. Que con nuestro optimismo sepamos
transmitir soluciones esperanza a los
que nos rodean. Ayúdanos a vivir con una sonrisa, con humor y con amor. Vivimos en un mundo herido y dolorido, donde
muchas personas sufren, que nunca pasemos de largo, sino que seamos solidarios,
cercanos, cariñosos, buscando soluciones,…
pero todo eso, Señor, que lo sepamos hacer con alegría, siendo Luz que ilumina. Señor, ayúdame, y
ayúdanos a ser testigos tuyos con alegre esperanza. Amén. Así sea.
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