“Pedro se
acercó a Jesús y le dijo: ‘Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar lasa
ofensas que me haga mi hermano?, ¿hasta siete veces?’ Le dijo Jesús: ‘No te digo
hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete’” [Mt 18 21-22]
Nos enseña la oración del Padre Nuestro que debemos PEDIR PERDÓN y PERDONAR. Dios es rico en MISERICORDIA y nos perdona cuando somos humildes.
Nos enseña la oración del Padre Nuestro que debemos PEDIR PERDÓN y PERDONAR. Dios es rico en MISERICORDIA y nos perdona cuando somos humildes.
Se dice de NELSON MANDELA
que tuvo que sufrir muchos años de cárcel, pero siempre FUE UN LUCHADOR por sus
ideas de justicia y paz hasta lograr sus objetivos para su país. Más aún, supo hacerlo sin
violencia, sin rencor,
sin represalias. Mandela fue un hombre
que SABÍA PERDONAR y TENDER LA MANO, para vencer al enemigo con la amistad y la
reconciliación, de tal manera que todos, blancos y negros, pudieran VIVIR EN
PAZ Y FRATERNIDAD.
Muchas veces, ante los
problemas y dificultades nos tomamos la revancha, el rencor y el resentimiento
se nos quedan pegados al cuerpo y difícilmente sabemos perdonar y tender la
mano. Mandela supo hacerlo y supo convencer a muchos para que también lo
hiciesen logrando así un país en paz, reconciliación y progreso
El Evangelio nos habla claramente
de lo importante que es PERDONAR, una vez, dos veces,… y LAS VECES QUE SEAN
NECESARIAS, pues el perdón nos ayuda a superar las dificultades de la vida y la
dura realidad que nos toca vivir. Que el
ejemplo de Mandela nos ayude a todos a saber perdonar al mismo tiempo que luchamos
por la Justicia, una justicia que esté llena de fraternidad.
ORACIÓN: Señor, enséñanos a perdonar
de corazón, sin guardar rencor ni resentimiento alguno. Que el perdón no sea impedimento para
trabajar por la Justicia pero UNA JUSTICIA QUE ESTÉ LLENA DE FRATERNIDAD. Lo
importante no es que unos estemos por encima de otros, sino QUE TODOS JUNTOS
TRIUNFEMOS COMO HERMANOS, que todos juntos sepamos compartir los bienes de la tierra
respetándonos y queriéndonos con esa fraternidad que TU nos enseñas en el
Evangelio. Si obramos así, seguro que el Padre Dios estará feliz con nosotros,
y unidos a ti, Señor, construiremos un mundo más humano y más divino. Que así
sea, Señor. Amén.
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