sábado, 5 de marzo de 2016

REZAR ES,... SINTONIZAR EL CORAZÓN CON DIOS.

“Hacer todo como si sólo dependiese de mí, pero siendo humilde y reconociendo que todo está en las manos de Dios” (San Ignacio de Loyola).  “Si el Señor no vigila la ciudad, en vano la guardan los centinelas, si el Señor no construye la casa, en vano trabajan los albañiles,… El Señor da el triunfo a sus amigos mientras duermen” (Salmo 126)

Hoy, 5 de Marzo de 2016, es el 5º aniversario de rezandovoy.org donde cada día nos facilitan el encuentro con el Señor a través de la oración. Unas 350.000 descargas tiene cada día esta web.  Para todo este equipo, liderado por el jesuita Josemari Rdz. Olaizola, vaya mi GRATITUD y ENHORABUENA. 
Además de la oración diaria a través de internet para personas mayores, también elaboran una ORACIÓN INFANTIL semanal para los más pequeños que merece todos los elogios. Como usuario de ambas, mi AGRADECIMIENTO por todo ello
Como nos enseñó San Ignacio de Loyola, el ser humano debe poner todo lo que pueda de su parte para que las cosas vayan bien, hay que trabajar con esfuerzo y creatividad, como si sólo dependiese de mi, pero,….  Pero sabiendo que todo está en las manos de Dios, por lo que es necesario REZAR con HUMILDAD y ESPERANZA.
El Salmo 126 nos lo dice de una forma muy clara:  “El Señor da el triunfo a sus amigos mientras duermen”. De aquí lo importante de ser amigo de Dios, de SINTONIZAR CON Él, a través de la oración de cada día.
Rezar no es sólo pedir cosas, y decir cosas, para rezar debemos escuchar el corazón, escuchar lo que Dios me dice en el interior.  Rezar no es decir palabras sin más, sino decirlas con sentimiento, con fervor y devoción, rezar es hablar con el corazón, desde el interior, unas veces hablando a Dios, y otras veces escuchando lo que Él me dice.

ORACIÓN: Señor, enséñanos a rezar es decir a hablar contigo como un amigo habla con otro amigo, hablando desde el corazón, con sentimiento, con fervor y devoción. Enséñanos a sintonizar contigo, que no solamente te pida cosas, que también sepa darte gracias por todas las cosas buenas que me regalas cada día.   Además, Señor, enséñame también, que rezar es escucharte, escuchar lo que tu me dices en el interior, en el corazón, que yo sepa escuchar lo que siento, lo que tu me dices por dentro deseando que yo responda y sea feliz. Gracias, Señor.

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