Estamos en CUARESMA, tiempo de cambio, de
esfuerzo, de renovación, de superarnos para ser mejor en todos los aspectos de
la vida. La Cuaresma habla de AYUNO, pero ¿qué ayuno es el que debemos hacer?, ¿qué ayuno es
agradable a Dios?. Escuchemos lo que dice Dios por medio del Profeta Isaías 58, 6-8:
¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de
impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados,
y que rompáis todo yugo?
7 ¿No es que partas tu pan
con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas
al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano?
8 Entonces nacerá tu luz
como el alba, y tu salvación se dejará ver pronto; e irá tu justicia delante de
ti, y la gloria de Dios será tu retaguardia.
El ser sobrios, el no
derrochar comida cuando tantos hermanos nuestros pasan hambre, es algo bueno y
necesario, pero más necesario aún es PARTIR
EL PAN CON EL HAMBRIENTO, así como NO OPRIMIR
A NADIE, ACOGER AL FORASTERO Y AL QUE
BUSCA REFUGIO, ATENDER A LOS ANCIANOS Y ENFERMOS, ETC. El ayuno agradable a Dios es aquel que se hace
compartiendo la vida con los más necesitados.
SEÑOR: En este tiempo de
cuaresma te pedimos que nos enseñes a ser HUMILDES, a dejar nuestro corazón
duro y frío, cambiándolo por un corazón humano, cálido y fraterno que sepa amar
y servir a todas las personas de la misma manera que tu nos quieres a todos
como hijos tuyos que somos. Que la CUARESMA sea un tiempo de PRIMAVERA que nos
renueve el corazón, que nos haga más alegres, luminosos y serviciales. Que seamos también más místicos, es decir más
unidos a ti por medio de la oración, bien enraizados en tu amor y gracias.
Amén.