martes, 5 de julio de 2022

TIEMPO PARA ESCUCHAR EL CORAZÓN

 

En nuestra sociedad occidental vivimos en medio de una gran contaminación acústica, y son muchos los ruidos que estamos oyendo continuamente: tráfico rodado, invasión de mensajes de los mass media, fiestas, deportes, desfiles, conciertos musicales,…  En gran medida nos dejamos arrastrar por el “mundanal ruido” y apenas tenemos tiempo para reflexionar sobre nosotros mismos, acerca del sentido de la vida, de mi vida concreta.  ¿Tenemos tiempo para ello?, ¿Tenemos tiempo para dedicar a las personas que amamos?, ¿dedicamos tiempo a la contemplación de la naturaleza, del arte del silencio,…?.  Oímos muchas cosas, mucho “ruido”, mucha contaminación acústica, pero apenas escuchamos nuestro corazón y el corazón de las personas que nos rodean.

Los hechos que ocurren nos están enviando mensajes, por ejemplo el calentamiento global y la contaminación del planeta. ¿Tengo tiempo para reflexionar, para escuchar lo que esto significa?. ¿Tengo tiempo para reflexionar sobre los flujos migratorios de tantas personas que tienen que dejar sus países debido a la guerra, catástrofes u otras miserias?. ¿Me paro a pensar y escuchar interiormente sobre el sentido de mi vida, el tiempo que dedico a las personas que debería amar más, mi relación espiritual con Dios,…? 

Me parece que nos dejamos llevar por el ruido del mundo: stress laboral, angustia por los problemas económicos, familiares, sociales,…  pero tenemos que aprender a escuchar, a sentir más nuestro interior, escucharnos más a nosotros mismos, y escuchar lo que quieren decirnos las personas que nos rodean: familia, amigos, los pobres y necesitados del mundo etc.

Tal vez tengamos un oído maravilloso, pero si no escuchamos no nos sirve de nada, porque no comprendemos el sentido de la vida, el misterio de nuestra existencia, la voz de Dios en nuestro interior. Es necesario tener tiempo para el silencio, para escuchar lo que sentimos en el corazón.  Como decía San Ignacio de Loyola: debemos aprender a “sentir y gustar internamente de las cosas”, pues no el mucho saber, el mucho tener, el mucho correr… harta y satisface el interior del ser humano.

 

ORACIÓN

Señor Jesucristo: Enséñanos a escuchar con el corazón, a escuchar nuestros sentimientos, pues es ahí donde tu hablas al ser humano, donde tu nos hablas a cada uno de nosotros.  Vivimos en un mundo con mucha contaminación acústica, con mucho ruido y debemos buscar el silencio, el interior, el sentido de la vida y el gozo de vivir.  Enséñanos a escuchar tu voz en nuestro interior, y también a escucharte en los signos de los tiempos, en el grito de los pobres, en el destrozo de la naturaleza, en el dolor de los enfermos y los que sufren,…  Enséñanos, Señor Jesús, a escuchar tu voz y a responder como tu esperas de cada uno de nosotros. Amén, así sea.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.