El DOmingo MUNDdial de las Misiones nos invita este año, una vez más, a implicarnos y comprometernos. También yo tengo una MISIÓN: dar testimonio de Cristo Resucitado en medio del mundo que me ha tocado vivir, un mundo herido y dolorido que pide Amor y Fraternidad.
Recordemos las
palabras del Papa Francisco para esta jornada del DOMUND de 2024: “¡Vayan e inviten!”.
Los dos verbos que expresan el núcleo
de la misión —“vayan” y “llamen”, con el sentido o significado de
“inviten”— están colocados al comienzo del mandato del rey a sus siervos.
Esto nos dice que la misión es un incansable
ir hacia toda la humanidad para invitarla al encuentro y a la comunión con
Dios. ¡Incansable! Dios, grande en el amor y rico en
misericordia, está siempre en salida al encuentro de todo hombre para
llamarlo a la felicidad de su Reino, a pesar de la indiferencia o el rechazo.
Así, Jesucristo, buen pastor y enviado del
Padre, iba en busca de las ovejas perdidas del pueblo de Israel y deseaba ir
más allá para llegar también a las ovejas más lejanas (cf. Jn 10,16). Él dijo a
los discípulos, tanto antes como después de su resurrección: “¡Vayan!”,
involucrándolos en su misma misión (Lc 10,3; Mc 16,15). Por esto, la Iglesia
seguirá yendo más allá de toda frontera, seguirá saliendo una y otra vez sin
cansarse o desanimarse ante las dificultades y los obstáculos, para cumplir
fielmente la misión recibida del Señor.
LA MISIÓN TAMBIÉN ES COSA NUESTRA, también yo, y cada uno de nosotros, debemos ser misioneros, colaborar en la MISIÓN DE CRISTO, que desea llevar el Amor de Dios al corazón de todas las personas. Tenemos la misión de invitar: vayamos e invitemos a todos a participar del banquete del Señor en la Eucaristía. Muchas veces la misión no está en países lejanos, sino a nuestro alrededor, donde debemos colaborar y ayudar en la MISIÓN DE LA IGLESIA: catequesis, caritas, ancianos, enfermos,… El Señor nos ha creado y nos ha dado una misión: Que seamos personas alegres y comprometidas, espirituales y solidarias. Que seamos constructores de un mundo justo y fraterno para que ÉL, el Señor de la Vida se haga presente en el corazón de todos.
ORACIÓN:
Señor, al celebrar un año más el Domingo Mundial de
las misiones, te pedimos por los misioneros, por aquellas personas que, movidas
por la FE EN TI se comprometen a servirte en los lugares más difíciles de la
Tierra, viviendo muchas veces en condiciones duras y difíciles.
También
te pedimos por todos nosotros, para que nos sintamos misioneros, para que nos
demos cuenta que también a nosotros nos das la misión de hacerte presente en el
corazón de las personas que nos rodean: familiares, amigos, vecinos,... Señor,
ayúdanos a ser valientes, a ser testigos tuyos en medio de este mundo que tanto
necesita tu Amor y tu Gracia. Virgen María, ayúdanos a ser misioneros
colaborando con la Iglesia, colaborando con tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo.
Amén. Así sea.